Fuente: El País.
Se va a revisar la historia de conculcación de derechos humanos en Brasil durante las dictaduras militares que asolaron el país desde 1964 a 1985. Los sucesivos mandos militares que ostentaron el poder de manera dictatorial produjeron torturas, asesinatos, actos contra los derechos humanos, sociales y políticos y luego se autoabsolvieron en una Ley de Amnistía. En dicha ley se permitía el regreso de los exiliados y se hacía borrón y cuenta nueva con las tropelías militares.
Ahora Lula ha constituido una comisión suprapartidista con un mandato cerrado en el tiempo para desvelar, en la medida de lo posible, los hechos.
También nos llama la atención que Brasil tiene un ministro de Derechos Humanos, Paulo Vannuchi. Este hecho nos hace preguntarnos si no sería necesario uno igual en España o en la Unión Europea. Un encargado de que se velase por el respeto de los derechos humanos en España y en Europa, y que denunciase y/o persiguiese los que se produzcan en el resto del mundo. Con una décima parte de lo que los países europeos malgastan en las operaciones allende sus fronteras, este defensor ministerial de los derechos humanos tendría muchas posibilidades de hacer muy buenas labores.