Volverán a la base de Rota los soldados yankees que nunca se fueron.

9 de octubre de 2011

Fuente: Público

Desde los años 50 España mantiene acuerdos con Estados Unidos para la permanencia de la superpotencia en suelo español, regentando bases militares para su juego geoestrtégico de imposición militar de escala planetaria.

Los acuerdos, que provinen del franquismo, se mantuvieron con absoluto servilismo a pesar del cambio de régimen, lo qu quiere decir que las bases, entre ellas la de Rota, han permanecido en el uso del ejército amerciano desde entonces hasta ahora sin solución de continuidad.

Al parecer la cosa era tan cutre que hasta a la más rancia facción militarista le parecía que había que cambiar el formato y que habría que fingir que ya no había bases yankees en España. Y por eso, precisamente, el presidente ZP, un avezado halcón del militarismo que en ocasiones nos quiso hacer creer que lo suyo era la paz, firmó de sopetón y sin previo consenso con nadie, acuerdos por los que Rota pasa a ser una base de la OTAN para facilitar el escudo antimilsiles (invento de Reagan) europeo por si nos intentan lanzar misiles, pásmense, ¡Iraq! o ¡Corea!, que como se sabe mantienen un intenso contencioso prebélico con España, dado e conflicto de intereses y la cercanía histórica, cultural y geográfica de estos lugares.

El acuerdo facilita que los más de 1300 soldados que se necesitarán para esta esencial misión, todos ellos de Estados Unidos, y cuatro buques americanos de guerra, vengan a la base y se instalen en ella. Y esto, lógicamente, es un acierto sólo achacable a la inmensa inteligencia de ZApatero, porque, dado que los soldados y los barcos levan años en Rota, saldrá muy barato tanto trasladarlos como ubicarlos.

Además de ello el acuerdo es ventajoso en general para España, aducen, porque, salvando el cabreo de un pequeño país que se llama Rusia y que ha advertido que nos pondrá en el punto de vista por si acaso, la operación va a generar más de 1.000 empleos indirectos (no sabemos si estos mil más no van a ser los mil que ya hay con la actual base) y además no nos costará ni una cala mantener las bases (lo cual no parece extraño porque en la ecoomía doméstica en general cuando uno presta algo es o a precio de arriendo o gratis, pero no pagando encima) y eso nos sacará de la miseria.

¡Qué suciedad la de este gobierno que nos vende cualquier política de derechas alegando que es buena para luchar contra el paro!  Basta ya de utilizar a los parados como justificadores de política ilegales porque lo es colaborar con la estructura militar de la OTAN.

Otro aspecto a tener en cuenta es que los aliados que nos acompañan en esta aventura descabellada son precisamente los países a los que la retórica oficial dice que nos queremos parecer: Rumanía y Turquía. Otros estados, bastante torpes al parecer, como Alemania, Suecia, Francia o Reino Unido, no han querido de momento sumarse a esta buena acción bajo argumentos exentos de grandeza histórica como el de no querer atizar fuegos donde no los hay, no quererse ver en el punto de mira de países a los que Estados Unidos señala como enemigos, o no querer acentuar el miitarismo y el gasto militar prodigado por Estados Unidos. Allá ellos, con su pan se lo coman que de desagradecidos está el mundo lleno.

Por otro lado, ¿dónde está el control parlamentario a tan relevante decisión, dónde está el debate parlamentario y social?  ¿Por qué, una vez más, todo lo que es militar se debate entre una elite y en secreto?

En fin, que a falta de otros logros, el zapaterazgo en declive nos muestra o músculo militar como la última realización de una gestión que, en lo que se refiere a la política de defensa, ha supuesto una vuelta en círculo para empezar reprobando a Aznar por su ardor guerrero y acabar ponindo el ejército en formación para el asalto.