Comparecencia de Defensa en el Congreso.

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Boletín Oficial del Congreso

El pasado 6 de octubre de 2006 se reunió la Comisión de Defensa del C0ngreso, presidida por Cipriá Ciscar, para escuchar las informaciones relativas a los presupuestos generales del Estado, que dieron el Secretario de Estado de la Defensa y la Subsecretaria de defensa.

El secretario de Estado informó que el presupuesto presentado supone una contracción respecto del del año pasado del 7% (como hemos informado en otras ocasiones esto no supone reducción del gasto militar real, sino

  • distribución y ocultamiento tanto en otras partidas correspondientes a otros ministerios,
  • como compromisos de deuda «aplazada» que ahora no aparece como gasto pero que a futuro supone amortizaciones ultramillonarias,
  • y uso de la trampa de financiar las partidas ocultas desde los fondos de contingencia de los que cuenta el estado),
  • ademá, se acabará pasando a fijarse en 7.153,35 millones de euros para 2011 (ya informamos que además de este presupuesto inicial la ministra ha iniciado un lobby con los parlamentarios para añadir ciento y pico millones de euros más a este presupuesto).

Sin embargo, ¡oh sorpresa! el secretario de estado añadió que en realidad, aunque se publicita una reducción de 7%,  la minoración real ha sido sólo del 3,66%.

Otra sorpresa, el Secretario señaló que una cosa es el presupuesto de defensa siete mil y pico millones de euros, y otra el presupuesto consolidado de defensa, es decir, el presupuesto de defensa más el presupuesto de los organismos autónomos adscritos a la defensa, que fue de 8.817 millones de euros en 2009 y será de 8.249 en 2010, lo que supone una minoración del 6% que, por arte de magia, se queda en realidad en el 3,6, como el anterior.

Tras esto ha contado una larga perorata de las prioridades del presupuesto, bien trufada de ideas nobles como la seguridad de las tropas, y otras contables, como eficiencia, eficacia, planeamientos, planificaciones, etcétera, que imaginamos muy aburridas para nuestros lectores como para hacer una crónica de aquel chaparrón de naderías. De entre todo esto señalemos simplemente que se ha organizado de otro modo la estructura del gasto de la defensa para hacerla más transparente y racional, aunque visto lo que dice el secretario nos tememos que las contrataciones van a seguir siendo bastante parecidas y a dedo como las de ahora.  Además, la transparencia volverá a brillar por su ausencia debido a la costumbre de todos los partidos parlamentarios de no fiscalizar los gastos de defensa.  Así, qué más da.

En el capítulo de armamento, señaló el Secretario que hay 19 programas de armamento «moderno» en pié: los Eurofligther EF-2000, las Fragatas F100, los Carros de Combate Leopard, los aviones de transporte militar A-400-M, los submarinos S-80, los blindados Pizarro, el Buque de Proyección estratégica Juancarlosrpimero, los Helicópteros de combate Tigre, los misiles Aire-Aire Fasraam-Iris -T, buques de aprovisionamiento en combate, obuses 155 REMA, los Misiles Alas-Taurus, las fragatas 105, los buques modulares de acción marítima, las lanzaderas y misiles contracarro de medio alcance, los helicópteros NH-90, los aviones y helicópteros contra catástrofes y apagafuegos.

Pongamos en vez de estas cosas que en realidad no nos sirven para nada ideas como mejora de la empleabilidad, educación de adultos, reforma del sistema de empleo público, mejora de la calidad ambiental, política de vivienda, cooperación internacional, integración de los inmgirantes, empoderamiento de la sociedad civil y un largo etcétera y comprobaremos qué tenemos que defender y qué no vale para hacerlo.

El PP protestó porque estos recortes presupuestarios (que hemos dicho que no son tales)  nos dejan desarmados y nos hacen poco creíbles. No vamos a perder más tiempo para explicar una oposición tan grosera, cuyas protestas son meramente formales y retóricas porque en los fundamental están plenamente de acuerdo, como lo ha demostrado su pasada acción de gobierno. Luego intervino el representante del PSOE para decir que no tenía razón éste y sí el Secretario de Estado, argumento reforzado por el secretario de estado en su contestación al decir que efectivamente, lo estaban haciendo bien. Luego hubo un rifirrafe de acusaciones mutuas que no es tampoco de interés porque vuelven a ser un juego parlamentario formal que sólo pretende atontar a la sociedad con la apariencia de un debate democrático, a pesar de que las posiciones son idénticas.

Después de esto la subsecretaria abordó la situación de la tropa, en la actualidad 82.300 soldados y con dificultades, incluso en esta época, para crecer como se tenía previsto desde que acabaron con el servicio militar obligatorio y a pesar de las prebendas varias que comporta este oficio, que la secretaria desveló de puntillas (es decir, como quien no quiere la cosa, no es que la señora se pusiera de puntillas ni nada por el estilo) poniendo también énfasis en lo que llama igualdad hombre-mujer (en este caso igual de mal lo cual no es mucha igualdad, sino mediocridad).

Como era de esperar nos cuenta el ministerio lo mal que cobran los militares (es decir, lo mal que cobran en sueldo) y que el propósito es dignificar (aún más por si tuviéramos poco) esta carrera. Tras esta anodina intervención el PP tomó la palabra para decir lo de siempre: que se gasta poco y se cuida poco a la sufrida milicia que tanto hace por nosotros.

Eso es todo. Nada se dijo que alterara lo previsible: unanimidad en la comisión de defensa en torno al ideario militarismo que siempre necesita más dinero para más modernización y para mejores sueldos. Todo menos preguntarse qué es lo que hace el ejército, a quién defiende y si es el modo de defender que quiere y necesita una sociedad como la nuestra.

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